viernes, 25 de diciembre de 2009

"Camino", una película de Javier Fesser

Desde su estreno el pasado 17 de octubre, y enterada de la controversia a la carta facilitada por los críticos (y los que no lo son tanto), esperaba ansiosa el poder pasar dos horas y media sentada en una cómoda butaca de cine provista de palomitas y coca-cola light. Al principio me sorprendió que la cinta no se proyectase en las salas que acostumbro (Nervión Plaza y Los Alcores), pero visto lo visto imagino que, en una ciudad tan "religiosa de golpe en el pecho" como lo es Sevilla, su argumento no beneficia en nada a cierto sector de la Iglesia, aunque dudo que hoy en día haya algo que realmente lo beneficie. Finalmente, pude ver la proyección ayer noche en una de las salas más pequeñas y con peor sonido del C.C. "Los Arcos".
Camino es una película horrorosamente bella que nos recuerda, en última instancia, lo fáciles de manejar que son nuestros pequeños y el daño que en sus frágiles conciencias pueden llegar a provocar ciertas formas de pensar extremas. Ni que decir tiene que me refiero al pensamiento manifiesto por la fe casi enfermiza profesada por el ala más conservadora (y bien financiada) de la Iglesia. No entra en mi idea de "espacio" (y no por falta de ganas, sino de tiempo) hacer un juicio de valores documentado de esta desfasada doctrina, para eso ya están las miles de entradas que existen en Google, pero reconozco que la historia de Camino (sea ésta realidad o ficción) no deja indiferente a nadie. Lloré, lloré durante gran parte de la película, lloré sin desconsuelo por la cercanía de la historia, por su crudeza, por su calidad humana, por la capacidad de sufrimiento de la niña protagonista, por su candidez, por un padre que ha dejado de pintar algo en la familia, por una madre manipuladora, por dos hermanas cada vez más alejadas, por la enfermedad, por el amor, por el Amor, por el infinito AMOR, por lo corta que es la vida a veces, por lo a la ligera que nos la tomamos, porque me gustó. Y me gustó mucho ver por fin una película que está en el punto de mira por contar, con sumo respeto, la historia de una niña cuya dolorosa muerte se ha utilizado como propaganda religiosa.

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