viernes, 25 de diciembre de 2009

[REC]2 o la vuelta del "spanish gore"

LOS SIN NOMBRE. Mil veces he visto esta película, primer largometraje de mi admirado Jaume Balagueró, maestro entre los maestros del cine de terror. La profundidad psicológica de sus personajes unida a una trama envolventemente sectaria fue lo que me conquistó la primera vez y lo que me apasionó las siguientes. Recuerdo que Alberto y yo empezábamos a salir por aquella época. Tristán Ulloa borda su papel de periodista cutre en busca de una salida desesperada a su propia crisis personal. Para mí, su director ya apuntaba maneras.

Luego vino DARKNESS. Protagonizada por mi mito sexual de juventud, Fele Martínez (evita cualquier comentario al respecto, por favor) y Anna Paquin, la oscarizada y venida a menos niña de El piano, la cinta no me defraudó en absoluto. Hora y media de terror psicológico que puso en tensión mis músculos hasta casi agarrotarlos mientras que empezaba a hacer planes de futuro con el que ya consideraba el hombre de mi vida… sí, Alber, tú. El final, impresionante, aún permanece grabado en mis retinas.


La verdad es que el argumento no me llamaba demasiado la atención, demasiado manido en apariencia, y no digamos su protagonista, la esquelética Calista Flockhart, pero a estas alturas Alberto y yo llevábamos viviendo algún tiempo juntos y, claro, esa semana le tocaba elegir a él título. FRÁGILES. Joder con la película. Miedo, miedo y más miedo acompañado de esa risa floja típica de los cines. ¿Sabes qué?, no sé cuántas veces más he visto la película, de seguro que un par, pues aún no he podido mirar cuando salía Charlotte caminando hacia la cámara con aquellos aparatosos artilugios ortopédicos en sus piernas. ¡Puta niña mecánica!

¡Qué valientes prometían ser todos mis acompañantes cuando fuimos al C.C. “Los Arcos” a ver [REC]! A un lado Mayte, que debió de pagar media entrada porque vio toda la película con un solo ojo; al otro Alberto, que se dedicó a estrujarme la mano... por si yo tenía miedo, ja. Rodada como si se tratara de un documental, con movimientos de cámaras en ocasiones algo mareosos, no dejó indiferente a nadie. Vale, un poco truculenta, es verdad, pero ni una sola gota de sangre es gratuita. Cine para echar unas risas después con los colegas, a veces no necesito más. Durante semanas estuve echando a correr del salón a la cama por el pasillo de casa mientras Alberto gritaba tras de mí: “Soy la niiiiiiña Medeiiiiiirooooos”. Sí, sí, muy graciosillo mi queridísimo marido.

Hoy teníamos algo que celebrar. Esta tarde hemos recibido una muy buena noticia que cambiará el rumbo de nuestra vida común... o, al menos, lo va a modificar en la dirección que nos habíamos marcado hace ya algún tiempo. Cenita, risas y cine, a nuestro estilo. [REC]2. No podía ser otra, sobre todo el día del estreno. No desvelo nada, pero créeme que, en esta ocasión, la segunda parte es infinitamente mejor que la primera. Me encanta escuchar en la sala los gritos mezclados de féminas y machitos que enmascaran a continuación bajo risitas nerviosas. ¡Coño con Jaume Balagueró! Se nos ha hecho cortísima pese al dolor de músculos tensionados que hemos sacado de allí. Qué acojone, tú.


Eso sí, esta noche, al llegar a casa, la niña Medeiros que corre tras su presa desde el salón hasta el dormitorio… he sido yo.

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