miércoles, 3 de noviembre de 2010

El sex-appeal de un botijo

Era de lo poco que me faltaba ya. Anoche, minutos antes de ir a la cama, lo vi. Bueno, hablando con propiedad, no lo vi: ¡Mi tobillo izquierdo había desaparecido! El derecho estaba. El izquierdo no, o sí que estaba (porque yo podía girar el pie en todas las direcciones), pero no se veía. El tobillo derecho era mío, pero el izquierdo le pertenecía a Carmen Sevilla cuando presentaba el “Telecupón”, palabra. Casi no he pegado ojo en toda la noche, obsesionada, con las piernas sobre un montón de cojines. Afortunadamente, esta mañana mi tobillo izquierdo ha reaparecido y, bueno, aún continúa conmigo, aunque imagino que es cuestión de días, tal vez horas, minutos. ¡Adiós últimos vestigios de feminidad, por lo menos, hasta el año que viene!

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